Nuestra Directora de Primaria, profesora y compañera, Charo Ros, ha tenido el privilegio de asistir entre el 18 y el 21 de noviembre al Congreso "Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva" en el Vaticano. Comparte con nosotros su rica experiencia con las siguientes palabras:
"La pasión por la educación lleva a
humanizar, "agradezco lo que ustedes hacen, educadores... Necesitamos
educar en humanidad al mundo". Con estas palabras clausuraba el Papa
Francisco el Congreso organizado por la Congregación para la educación
católica, que se ha celebrado en el Vaticano entre los días 18 y 21 de
noviembre, y que con el título "Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva",
nos ha congregado a más de 4000 educadores del mundo, del ámbito escolar y del
universitario, para reflexionar, compartir, orar, plantearnos desafíos, retos,
sueños...
Con este Congreso se ha querido celebrar el
50° Aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II, Gravissimun
educationis y el 25° aniversario de la Constitución apostólica Ex corde
Ecclesiae, y con estos, se ha pretendido relanzar el compromiso de la Iglesia
en el mundo educativo.
Ha sido un espacio de diálogo y debate
sobre los desafíos que la educación contemporánea plantea en nuestra sociedad,
a los sistemas educativos y a la Iglesia, para transformar la educación y
responder a los desafíos que se nos plantean.
Han sido cuatro intensos días de ponencias,
debates, mesas redondas, intervenciones de ponentes con gran peso en el mundo
educativo contemporáneo (la madre Montserrat del Pozo, Juan Antonio Ojeda,
Kathy Linn Schneider, Mª Nieves Tapia...), ellos nos han presentado nuevas
formas de hacer en educación, que responden a los problemas y riesgos actuales,
han compartido con nosotros experiencias innovadoras (modelo jesuítico de
Barcelona, el proyecto BICE, el proyecto Fratelli, Educate Magis...),
experiencias que dan respuesta a situaciones concretas de riesgo y peligro en
la educación.
Se ha comentado mucho sobre los agentes de
la educación: profesores, familias, alumnos... del papel que cada uno de
estos sectores desempeña y cómo debemos todos trabajar. Lo mejor que tenemos
son las personas, debemos conseguir que estas se fusionen, se comprometan, se
apasionen, se consideren artífices del proyecto educativo. El mundo necesita la
Misión de la Iglesia; en muchos casos nuestros centros educativos son elegidos
por la calidad que ofrecemos, pero nosotros, los educadores, debemos hacer que
se cumpla la Misión. La identidad católica va más allá, debe haber una
intención en la educación católica.
Son muchos los flashes recibidos, el
bombardeo de ideas, a cuál mejor y más enriquecedora, los retos que se nos han
planteado y que nos han permitido volver con el espíritu renovado y con la
pasión que nos mueve, renovada.
De los colegios de Hijas de Jesús hemos
asistido a este Congreso trece personas, diez de España, dos de Brasil y una
de República Dominicana. También ha sido un momento de compartir, de conocer
realidades distintas dentro de la misma Congregación y de convivir y hacer
cuerpo carismático entre nosotros.
Sin duda, el colofón del Congreso no pudo
ser mejor, la presencia del Papa Francisco en el aula de Pablo VI, en el Vaticano,
ante seis mil personas, ante seis mil educadores apasionados y convencidos de
nuestra tarea. Nos decía que hay que abrirse a una educación que no sea
solamente de conceptos en la cabeza; pensar, escuchar y acompañar, son tres
lenguajes que deben ir unidos. Una escuela debe ser capaz de aportar
conocimientos, costumbres y valores; de no ser así, sería exclusiva, selectiva y para
pocos, y este no es el fin de la escuela católica. Hay que educar en la
transcendencia, la crisis mayor de la educación es estar cerrada a ella. Hay
que educar cristianamente con el horizonte abierto, y ¿cuál es nuestro
horizonte?: educar evangelizando o evangelizar educando. No se puede hablar de
educación católica, sin hablar de humanidad. Ir adelante en las actitudes, en
los valores humanos, plenos, abre la puerta a la semilla cristiana, y esto es
lo que nos debe diferenciar de la escuela no católica.
Y termino estas palabras, casi como las
comencé, reiterando la pasión por la educación, del hoy y del mañana, y
recordando las palabras de Pedro Aguado, General de los escolapios: "A
creer en la educación al modo de nuestra fe, dejando la vida en ello"
Charo Ros