El viernes 20 de mayo celebramos la Graduación de nuestros alumnos de 2º Bachillerato. Fue un acto entrañable, lleno de emoción y alegría recordando su paso por el colegio. Desde aquí queremos compartir el discurso que pronunció nuestra Directora y tanto conmovió a alumnos, familias y profesores:
Queridos
alumnos, profesores y familiares que habéis acudido esta tarde a celebrar y
acompañar este momento importante para todos.
Como cada año
que llega este acontecimiento, se nos remueven por dentro muchos sentimientos:
alegría y pena, ilusión y nostalgia, nervios y tranquilidad.
Y me quedo con
este último sentir: tranquilidad, paz, sosiego y descanso al pensar que hemos
llegado a la meta de un camino, no exento de dificultades, pero lleno de buenas
experiencias.
Un camino que
habéis recorrido acompañados de vuestros padres y profesores. Personas que han puesto todo lo que ha estado
en su mano para lograr de vosotros ese ¡Más, siempre más! de nuestro objetivo.
Seguro que a
veces os han corregido, con más o menos acierto, otras os habrán felicitado,
algunas veces os habrán reñido y eso no gusta a nadie… es posible que no se
sientan satisfechos de todos los resultados que habéis obtenido… pero estoy
convencida de que están contentos de haber empleado parte de su vida en serviros
de apoyo y estímulo.
Y me gustaría
que todos sintiéramos eso hoy, que detrás de aciertos, errores, éxitos,
fracasos… hay mucho de servicio en mil quehaceres, todos necesarios, ya que tejen las redes de
lo más valioso de la vida.
Vosotros, que
ahora os estáis planteando, qué hacer, qué carrera elegir… Me vais a permitir
que os diga, haciendo uso de mi experiencia, cual es el mejor de los oficios:
Servir.
Parece que eso
de servir suena mal, pero creedme si os digo que es la tarea más hermosa, la que
tiene más recompensas, la que encierra más amor. Da igual la profesión que elijas:
maestro, ingeniero, médico o trapecista…si no la ejercéis con amor, pasión y
entrega, de nada os servirá. Estaréis vacíos, no seréis ni sal, ni luz.
A veces la vida,
la sociedad, o las circunstancias os harán flaquear y pensaréis que eso de
servir es de bobos, que es mejor que os sirvan a vosotros pero si algo tengo claro es que mi labor fundamental es
servir a los demás, allí donde esté… y si hoy os digo esto es porque me
gustaría que vosotros, en vuestra nueva trayectoria de vida, lo tengáis como
lema y objetivo. Creedme que os sentiréis más felices.
Hace años
descubrí a una escritora, Gabriela Mistral, que debía de pensar lo mismo que yo
cuando escribió un poema con ese contenido. Lo tengo colgado en un lugar bien
visible del despacho, para tenerlo presente a diario, para que no se me olvide,
en especial en momentos difíciles… y hoy, día de vuestra despedida, os lo leo y
con él os regalo un estilo de vida que no solo da alegría sino también consuelo
y esperanza:
“El servir no es faena de seres inferiores
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde haya un
error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un
esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino, el
odio entre los
corazones y las
dificultades del problema.
Hay una alegría
del ser sano y la de ser justo, pero hay,
sobre todo, la
hermosa, la inmensa alegría de servir.
Qué triste sería
el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un
rosal que plantar, una empresa que emprender.
Que no te llamen
solamente los trabajos fáciles
Es tan bello
hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en
el error de que sólo se hace mérito
con los grandes
trabajos; hay pequeños servicios
que son buenos
servicios: ordenar una mesa, ordenar
unos libros,
peinar una niña.
Aquel que
critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve..
Dios que da el
fruto, la sal y la luz, sirve. Pudiera llamarse así: "El que
Sirve".
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
Que cada día,
cada noche, os hagáis esta pregunta “¿serví?” “¿a quién? Fuiste sal, has dejado
luz en tu camino
Reconozco y
aprecio que muchos de vosotros ya habéis
aprendido esta hermosa lección de servir, que habéis disfrutado ayudando de mil
maneras: voluntariado, campañas, apoyo escolar, realización de la orla, y otros
muchos detalles…auténtico ejemplo de
servicio, sal y luz. Seguid así, no perdáis ese tesoro que lleváis dentro,
estoy convencida de que así seréis más felices. Sabed que en el colegio siempre
vais a tener un espacio para esa noble tarea.
Termino agradeciendo a las familias
la confianza que han depositado en nosotros a la hora de compartir la tarea de
educar a sus hijos. Para muchos de vosotros, hoy también es una despedida del
colegio. Muchas gracias por vuestra colaboración y por compartir con nosotros
lo más importante que tenéis: vuestros hijos y el deseo de que en su nueva
trayectoria Dios les guíe y les proteja y que como decía Santa Cándida que la
Virgen les cubra con su manto.
Muchas gracias.
También los alumnos que se graduaban leyeron un precioso discurso repasando todos sus años vividos en el colegio. Fue el siguiente:
Buenas tardes a todos los alumnos, padres, familiares y
profesores que nos acompañan en un momento tan emotivo como este.
Hace 15 años entrábamos por las puertas de este colegio
niños y niñas con uniformes y kikis. Esos niños emprendían esa mañana una aventura
fascinante, en la que no pasaría ni un solo día en el que no aprendieran una
cosa nueva y forjaran unas relaciones de amistad con sus compañeros y de
respeto a sus profesores. Esos niños se encuentran hoy aquí, delante de todos
vosotros, con el fin de despedirnos de todos los recuerdos de los momentos
vividos.
Hemos pasado tantas cosas en este centro… Hemos
aprendido a contar, a escribir, a leer, a ser nosotros
mismos. Hemos reído, llorado, disfrutado,
viajado, y siempre y sobre todo, hemos aprendido. Hemos sido inculcados con valores cristianos, tan propios
de este colegio: la solidaridad, el compañerismo, la responsabilidad, el
compromiso. Es por eso por lo que hoy me siento afortunada de tener la
oportunidad de agradecer personalmente todo lo que el Mater ha hecho por mí,
por todos nosotros, pues tomó a unos
niños para convertirlos en hombres y mujeres, los cuales siempre, vayan donde
vayan, llevarán al colegio Mater Purissima en su corazón.
Gracias a todos los profesores, porque nos habéis enseñado a
ver la vida desde otra perspectiva, nos habéis enseñado que al colegio se viene
sobre todo a disfrutar, pero a disfrutar aprendiendo, nos habéis dedicado siempre la mejor de vuestras
sonrisas, en cada caída y mala racha habéis estado ahí para motivarnos a
seguir, a no rendirnos, pero sin dejar de tener esa exigencia que nos ha hecho
darnos cuenta de lo que somos capaces. Habéis sido parte de nuestra formación
como persona, y eso es algo que marca.
Gracias a todos los compañeros, a los que están y ya no
están, a los que son amigos y no lo son, pues entre todos, de una manera o de otra, hemos vivido
esta gran aventura, convirtiendo cada clase en nuestra segunda casa.
Y un agradecimiento especial a todos aquellos que no han
sido solo compañeros, han sido amigos, confidentes, incondicionales. Habéis
convertido el día más amargo en algo que realmente mereciera la pena vivir. De
nuevo, gracias.
Y sobre todo, gracias a nuestras familias. Vosotros que nos habéis
aguantado en nuestras épocas de estrés, habéis sufrido nuestras decepciones y habéis vitoreado nuestros éxitos, pero siempre desde el orgullo por
cualquiera de las decisiones que hayamos tomado. Hoy por hoy no seríamos quiénes
somos, ni habríamos conseguido lo que hemos conseguido si no fuera por
vosotros. Gracias por el apoyo, el cariño, el ejemplo y las lecciones que nos
habéis dado.
Durante nuestra
estancia aquí le hemos ido diciendo adiós a muchas cosas. Empezamos por el
babi, para después decírselo a los tirantes de nuestras/vuestras faldas y luego
al horario de por la tarde. Más adelante le dijimos adiós a las pizarras
blancas para empezar a mancharnos nuestras manos de ese mismo color por culpa
de las tizas. Finalmente le dijimos adiós al uniforme, y ahora toca la
despedida más difícil. Toca decirle adiós al colegio que a tantos nos ha visto
crecer y a otros tantos nos ha acogido con los brazos abiertos. Toca decirle
adiós a las carreras mañaneras para que Mariano no nos cerrara el portón. Adiós
a las megafonías, a los actos en el patio y a esas asignaturas que tanta guerra
nos han dado. Toca decirle adiós a esta etapa, en la que hemos crecido,
madurado, y luchado hasta el final para alcanzar nuestras metas, y con ello a
nuestra infancia y una gran parte de nuestra adolescencia. Pero de lo que no nos
vamos a despedir, al menos no por ahora es del Mater. Una parte de este colegio
permanecerá siempre dentro de nuestras decisiones, de nuestros pensamientos, de
nuestras acciones, de nosotros; y esperamos que la relación con este sea
duradera.
Por todo esto y por
mucho más, con lo que podríamos estar horas y horas hablando, gracias Mater y,
¡hasta la próxima!
Muchas gracias.
Como colofón, tras la Acción de Gracias y el acto académico de imposición de becas, los alumnos nos deleitaron a todos con el
LipDub que podéis ver a continuación, fue enormemente creativo. Si deseas verlo y disfrutar de un rato entretenido
pulsa aquí.